Martín Novoa: La historia detrás Lhotse Store

(Martín Novoa)

Innovación y tecnología al alcance de todos son algunos de los conceptos que Martín Novoa, cofundador de Lhotse, repite a lo largo de la entrevista. En esos conceptos recae su misión y visión de la empresa, la cual fue fundada en 2016 cuando tenía 26 años junto a su socio, Erich Neuenschwander. Es una historia de riesgos, innovación, aprendizaje y por, sobre todo, trabajo en equipo.

 

El origen

¿Cómo nació Lhotse?

Primero les voy a contar un poco de mí; estudié ingeniería comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez un año, me fue bien y de repente dije que no me gustaba nada. No era lo que me gustaba, ni la carrera, ni la universidad. Me salí de comercial y estudié turismo cuatro años en la Andrés Bello, siempre trabajé de guía de turismo y haciendo cosas distintas, no tanto como comercial, trabajaba en todo, en ventas, en turismo, etc. Siempre fui emprendedor. Vendí quesos, verduras, frutas, de todo lo que se me metía en la cabeza. Casi toda la universidad me la pagué así. Tenía mis clientes de queso, de coberturas de chocolate, de flores, de todo lo que se podía.

 

Cuando uno termina turismo, te dan la posibilidad de estudiar un año y medio más y sacar comercial, entonces saqué comercial. Ya estaba titulado y me empecé a preguntar, ¿qué hago aquí? ¿qué hago allá? Ya estaba listo con hacer una empresa de turismo con unos amigos, hasta que me llama un amigo y me dice “acaban de ascender a mi hermano, ¿por qué no te vas a trabajar allá?” No era de turismo, pero estaba abierto a todo. Así entré a Bluetalk, una distribuidora e importadora de la marca Parrot.

 

Ahí conocí a Erich, mi socio, que era el encargado de las importaciones, quien trajo la marca Parrot a Chile, entre otras. Llegó un momento en el que Erich tenía muchas ganas de seguir por su propio camino. Encontré la oportunidad de que esta empresa se cerraba en estas tres marcas, Parrot, TOMTOM y Jabra, por ende, no innovaba en Chile viendo las tendencias. Era difícil seguir creciendo.

 

En ese momento empecé a traer cosas de AliExpress y las vendía en MercadoLibre para hacerme unas lucas extras. Traje lentes de realidad virtual y ahí le iba comentando a Erich. Él por su parte también empezó a traer cosas y las vendíamos como Bluetalk.

 

Un día Erich empezó a hablar de que ya no iba a seguir trabajando ahí, me dijo que “estoy buscando a alguien como tú, con tu perfil, para poder crear una nueva empresa”. Yo conocía el mercado acá y Erich el mercado afuera. Empecé a meter la cuchara, diciéndole que para qué iba a buscar a alguien más si estaba yo hasta que dijimos ya, juguémosla, hagamos algo.

 

Así empezamos. Era julio y Erich me dice que partiéramos en enero, pero yo soy de la teoría de que se me mete a algo en la cabeza y no me lo saca nadie. Erich me decía “no, terminemos el año”, para él era un riesgo porque iba a poner todos sus ahorros, yo iba a poner mi energía. Era su paso para arriesgarse. Le dije a Erich en ese momento que “vamos a partir al tiro, voy a renunciar mañana”. Renuncié y él, a su medida, también. Y empezamos.

Arrendamos nuestra oficina en Lo Castillo, solo el piso, éramos los dos y le dije a un amigo, “ven, ayúdanos, métete con nosotros como una ayuda”. Empezamos a traer distintos productos, los lentes de realidad virtual, los NapBag, nuestra primera marca, entre otros. Éramos los tres. Yo hacía los despachos con una moto, después me conseguí una camioneta. Tenía que despachar, etiquetar, de todo.

 

La visión de porqué quisimos crear esta empresa y hacer algo bueno era buscar productos tecnológicos a un precio más accesible, pero siempre tratando de que sea una visión más europea. Queríamos vender, pero siempre con un nombre. Ahí creamos la marca Lhotse. Lhotse es una de las montañas más grandes del mundo, está al lado del Everest.

 

El equipo: el pilar fundamental

La parte más importante del crecimiento fue el equipo. Primero llegó el Seba, pasamos por varias diseñadoras, cada una dejó una gran huella, fuimos ayudándonos de practicantes, que nos ayudaron mucho, hasta que llegó Sebastián Guzmán, que es el último socio que entró ahora. Después llegaron más. Fuimos armando un equipo muy bueno, de gente joven. El pilar fundamental de esta empresa son las personas. La gente es demasiado buena, comprometida, todos se la juegan mucho, creen en este proyecto.

 

¿Cómo se forman estos lazos con las personas que trabajas?

Yo tengo un problema, que no sé si es un problema, yo lo he visto como algo bueno, pero de repente no es tan bueno, es que, más que un jefe, soy un amigo. En el equipo de trabajo todos somos amigos, hacemos asados y nos juntamos. Si uno hace las cosas bien y tiene los valores, nunca vas a pasar encima del otro, pero sí van a haber choques. Así te empiezas a rodear de gente muy buena. Los mismos clientes confían en ti, si tienen un error nuestra política es "si falla un producto, te entrego uno nuevo al tiro".

 

Al final, en todo trabajo, uno tiene que velar por uno, cada vez que entra alguien al trabajo, le digo: "primero estás tú, después está la empresa. Primero tú tienes que estar feliz, primero tú tienes que sentirte bien".

 

El camino: lo bueno y lo malo

¿Qué fue lo mejor y lo peor de todo este proceso?

Lo peor del negocio este es que de repente uno se compromete con plazos que no cumple. Uno piensa que te va a llegar mañana y no pasa. Principalmente para las navidades, que crees que todo el embarque va a llegar a fines de noviembre y te termina llegando a fines de diciembre y así perdiste toda la navidad.

 

Lo bueno de esto, primero, es que siempre nos ha ido bien a nuestra medida, no soy alguien que quiere o que me conformo con ser millonario, pero siempre hemos podido pagar los sueldos, siempre hemos ganado lo que nos merecemos y la empresa siempre ha tenido las ventas para estar bien. Nos ha costado, hemos tenido que pedir créditos, pero en verdad siempre nos ha ido bien. Lo bueno de esto es toda la gente que uno conoce, toda la gente que puede aportar, todos los contactos, uno lo pasa bien. Estoy muy feliz de poder tener 20 personas trabajando, que las 20 personas mantienen hijos, tienen familias y les estás dando trabajo. De aquí a muy poco tiempo van a ser 40.

 

Mi socio también es de lo mejor que hay porque es una persona súper tranquila, súper relajada. Yo me estreso, soy como la persona mala de la empresa y él es la persona buena. Yo soy el que reta a todos y él siempre me para, y me dice "respira, hagámoslo bien".

 

¿Cómo definirías Lhotse en 3 palabras?

Innovación para todos.

3 comentarios


  • Verónica

    Me encanta leer historias de gente joven que piensa fuera de las líneas, que no se conforma y que cree en su proyecto, mis felicitaciones por haber creído en ustedes y por hacer accesible la tecnología para todos y por sobre todo por su ética al momento de que un producto falla, eso no existe como principio de las empresas y Ustedes lo tienen como parte de su ética laboral, acaban de sumar un nuevo cliente.


  • Ximena Monges

    Me encantan los productos, buenos , bonitos y a un precio accesible.
    Mi esposo me regaló un reloj hace 2 años, el cual dentro del primer mes lo sumergí al agua, llame para saber si tenían servicio técnico dentro de la octava región y mi sorpresa fue que me enviaron uno nuevo. Ahora casi toda la familia utiliza relojes Lothse. A mis hijas les compramos banda deportivas. Cada vez que puedo los recomiendo.


  • José

    Muy buena historia!! Gracias por compartirla e inspirarnos!!


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